Ya tenemos escisión. La libertad y el poder de decisión que tenían algunos compañeros para hacerla se ha aplicado. El lema de los reunidos en Barcelona, y luego en Zaragoza, "Libertarios contra autoritarios", ya ha dado sus frutos. Por tanto, todos contentos. Ahora es de esperar que ese dinamismo libertario de levantar banderas en favor de reivindicaciones de grupos y luego de individuos siga manifestándose. Es de esperar que se llegue a una floración espléndida de la autonomía y que pronto, dentro de ese sector de libertarios que se ha alzado con la representación de todas las luchas antiautoritarias, prolifere el antecedente y asistamos al fin al excitante espectáculo de contemplar tantas banderas diferentes como grupos, tantas siglas como individuos. Entonces, plenamente felices, podremos comprobar el triunfo definitivo de la libertad contra la autoridad y considerar instaurado el orden natural en el mundo. Las luchas reivindicativas habrán terminado. Albricias, amigues, estamos cerca del gran día.

LOS PROBLEMAS DEL CONGRESO

Todes conocemos lo que ha sido el V Congreso. Nadie se puede sentir plenamente satisfeche de su desarrollo. los inconvenientes del mismo ya han sido puestos de relieve. Muches compañeres han definido con claridad las razones de esta insatisfacción. Pero nadie ha justificado con esa misma claridad las razones de la impugnación. Al llegar aquí las razones son múltiples, pero vagas, caen en el dominio de lo anecdótico, del hecho aislado. Miles de hechos aislados. Desde les que señalan la punta de una navaja hasta el cañón de una pistola, pasando por incontables presiones o coacciones ejercidas. No tuvimos la suerte de ver, en ningún momento, tan bellos espectáculos. No hemos tenido la suerte de ver todas esas cosas que nos hubieran permitido reunir material para una novela. Pero, en cambio, tuvimos la oportunidad de percibir los hechos profundos, aquellos que acaso decidan el destino de la CNT para mucho tiempo.

Había un sector confabulado, y los acontecimientos, hasta la reunión de Zaragoza, lo confirman plenamente. Ahora se confirma también la entente especial entre ciertas regionales y una parte del CN dimitido en el Congreso. Entente que por la conducta de estas mismas Regionales, o para decirlo con más exactitud, de algunos representantes de las mismas, se ha traducido en un hecho de sucursalización o satelización de Regionales orgánicas por parte de un Comité Nacional. Hecho único en la historia de la CNT. La escisión que culmina en Zaragoza y que nos llena de estupor está, sin duda, fraguada con anterioridad, está potencialmente contenida en la decisión de no aceptar el Congreso si éste no marcha en la dirección que se desea. Esta dirección estaría expresada en las definiciones de una CNT renovada, que ya se anticipa en declaraciones anteriores al Congreso, que significan una grave extralimitación porque el Congreso estaba allí precisamente para hacer las definiciones.

El hecho clave de cuanto ha ocurrido se da en el punto 4.º: Informe de gestión del S.P. del Comité Nacional. Al quedar prácticamente desautorizado este organismo ante el Congreso, se pone en marcha el mecanismo de la contestación. Eso es ya el martes o el miércoles. Una parte del CN se pone al frente de determinadas delegaciones, desinteresándose por completo de los destinos del Congreso y empiezan a dar su propia batalla personal, siempre escudados tras el móvil de la nueva CNT, que aún no sabemos qué cosa es, porque, en verdad, la CNT se ha ido renovando inexorablemente de Congreso en Congreso, como se demuestra por el examen de los temarios. Además, al llegar al punto 5.º (Principios, Tácticas y Finalidades) y pasarse la ronda de los Sindicatos, con la consiguiente RATIFICACIÓN, ya se sabe lo que quiere la Organización. Pero, de cualquier modo, algunes discrepantes también pudieron verse atraídes por ese motivo al ámbito de les que preparan la desautorización del Congreso. Algunes compañeres, que pueden haber tenido motivos más o menos fundados para el descontento - y sabemos que tales motivos existen - se suman de buena fe, y aun se suman otres que forman parte de ese iceberg de paralelismo que, como dice en NADA Josep Alemany, no había hecho más que asomar la punta con la operación paralela de hace unos meses.

Y vamos a los hechos no novelescos: determinadas reuniones externas al Congreso, que se dan desde el martes, fructifican el jueves y se manifiestan concretamente el viernes por la tarde con el manifiesto de los cincuenta y tres impugnadores. Cincuenta y tres delegades quieren imponer la finalización del Congreso, allí mismo, en aquel momento, la convocatoria de otro Congreso para abril y la continuidad del SP del CN al frente de la Organización hasta entonces. Esta conminación se hace en nombre de la libertad frente a la autoridad. El Congreso dice no y los impugnadores se marchan. Luego, llegan en cadena toda una serie de hechos asombrosos, sin igual en la historia de la CNT. Se trata de hechos consumados, de esos que significan lo tragas o lo dejas. Primero, ya el miércoles día 19, la prensa de Barcelona da cuenta de una Comisión Técnica Impugnadora del V Congreso, que pretende representar al setenta por ciento de la Organización. Es decir, tres días después del Congreso, esa comisión autonombrada, que sale del Congreso mismo, trabajando con una formidable eficacia de computadores, dictamina ya esa mayoría abrumadora. Luego llegan Vitoria y Barcelona. Aquí unos Sindicatos, ¿cincuenta, sesenta?, acuerdan la celebración de un Pleno Nacional de Regionales, la tirada de "CNT" y, hecho a notar, se decide que nadie acuda a los cauces orgánicos. Este formidable hecho consumado "antiautoritario" nos coloca a todes ante la evidencia de la escisión. En Barcelona se dinamitan los puentes, se rompe toda posibilidad de entente, para que llegue luego, ciega e inexorablemente, la última fase, Zaragoza. ¿Se ve claro que la escisión está planificada desde el Congreso, acaso antes del mismo? Es decir, las cargas ya están colocadas y se franquean unas etapas rápidas para luego hacerlas saltar. Pero después, el "Pleno Nacional" de Zaragoza no se puede celebrar, como tal, porque realmente no hay Regionales, a excepción de Canarias y Cantabria, sector utilizado fundamentalmente para catalizar ya en el Congreso la escisión. Como consecuencia de todo eso, la reunión se convierte en algo intermedio entre Pleno, Conferencia y Asamblea de militantes. Pero esa reunión "da" a la Organización "otro Secretario General de la CNT".

LOS PROCEDIMIENTOS

En el desarrollo de esta campaña ha valido todo. Sobre todo la mentira. Esa presunción de ser la "mayoría" mantenida ya el 19 de diciembre, se mantiene hasta hoy. Inmediatamente después del "Pleno" de Zaragoza se comunica a Historia Libertaria: "Somos más del setenta y cinco por ciento".

Sin embargo, los datos elaborados por el grupo de trabajo del CN sobre la impugnación al Congreso desmienten totalmente tal pretenciosa y falsa cifra: la impugnación inorgánica alcanza a setenta y un sindicatos, que suponen el 15,7 por 100 del total de Sindicatos de la Confederación, suponiendo las cifras totales de Sindicatos impugnantes (ciento quince) el 25,4 por 100 del total confederal. ¿Dónde está ese setenta y cinco por ciento?

Sigamos con los procedimientos, o medios. De cualquier modo, la impugnación se ha desarrollado más de lo que se preveía. ha sido una sicosis propagada merced a una campaña instrumentada. El caballo de batalla ha sido el eslogan Exilio-FAI y el cuento de la CNT renovada, aunque últimamente, percatados de la fragilidad del argumento, parecen haber remitido en él los organizadores de la campaña. Pero lo del Exilio-FAI, incidiendo en esa sensibilización radical por la autonomía, se ha extendido con la fuerza de una histeria. La irracionalidad juega, como se ha demostrado, un rol fundamental en toda sociedad, y no podíamos ser una excepción. Ni siquiera hemos llegado a establecer un cierto equilibrio entre los elementos pasión-razón.

Prosigamos: el hecho es que hay que aceptar el fenómeno de la impugnación numerosa y lo aceptamos. Al efecto ahí está el informe estadístico elaborado por el CN con fecha 1 de marzo.

Pero es esencial establecer la diferencia que desde el primer momento hubo entre la impugnación por vía orgánica y la llevada a cabo por la comisión impugnadora. La primera significaba mantener por encima de todo la unidad de la organización, la segunda dar el visto bueno a la irracionalidad escicionista que se gesta ya en el Congreso, o antes del mismo. Esto es lo que hay que retener aquí. Que estos segundos compañeros nos colocan ya en las narices el hecho de la escisión antes de darnos cuenta de lo que ocurre.

Estamos dispuestos a reconsiderar lo que sea si se hace por vía orgánica. Lo que sea. pero que lo decidamos todos. Que nadie nos dé hecho lo que tenemos que hacer, aunque se invoque la libertad y la lucha contra el autoritarismo. En este orden de cosas, la ratificación o impugnación del Congreso había que llevarla a cabo en la libertad más completa por parte de los Sindicatos, sin someterlos a la coacción del dato falso o de la propaganda capciosa, puesto que con los elementos aportados por sus delegados debían tener suficiente para juzgar. Pero aquí, por el contrario, se ha llevado a cabo una instrumentalización de la seudo-información, se ha ido a hacerles directamente la propaganda impugnadora, se ha recurrido al "doblado" de Sindicatos, de organismos, a crear comisiones impugnadoras donde, naturalmente, no existían. Es decir, se ha intentado forzar la realidad, o imponerla y con el máximo de prisas. Y estos procedimientos no son libertarios, aunque paradójicamente se pretendan utilizar en una lucha contra el autoritarismo. Denotan, por el contrario, buena dosis de cinismo político, porque, en resumen, lo que han estado haciendo no ha sido otra cosa que pura política. Aquí se denotaría la persitencia de ciertas prácticas de dirección política dentro de la CNT, puestas en marchas por los paralelos y adoptadas luego, y en casos muy concretos, por quienes siguen derroteros semejantes.

Finalmente, sólo diremos que les libertaries que nos hablan de la libertad han dado un salto a ciegas en el vacío, cuyas consecuencias podrían originar graves males para la Organización. Han incurrido en gravísima irresponsabilidad. Es inútil que desde el fondo nos inciten a seguirles. Los centristas vamos a continuar aquí donde estamos. Pacientemente, pero con firmeza, seguiremos trabajando por la CNT y, después de serenar los ánimos, superaremos los resultados de este acto suicida y reconquistaremos la credibilidad que, de momento, hemos perdido. Y puede que alguien haya perdido también su futuro.

"CNT", Marzo de 1980
IV Época, n.º 35
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