La escisión, fenómeno contrarrevolucionario

En este momento que empiezo a tratar este tema, medito y comprendo que puede parecer no muy constructivo si pensamos compararlo a toda esa pléyade de problemas laborales y sociales que urge enfrentarlos por su prioridad: el paro, la reconversión industrial y todas las secuelas que conlleva, la concienciación del trabajador (hoy incapacitade mentalmente ante un "status quo" político-social desconcertante) que le capacite para que sea el responsable de sus propias conquistas, sin intermediaries que le manipulen y engañen, que pueda obtener la jornada laboral de 30 horas con el mismo sueldo; supresión de las horas extra, etc., etc., medidas todas ellas que pueden lograr reducir sesiblemente la traumatizante situación que viven les trabajadores.

Indiscutiblemente, el anarcosindicalismo tiene sus alternativas propias para las soluciones más inmediatas de todas aquellas situaciones sociales insolubles, generadas por el propio Sistema capitalista. Todo lo cual pasa necesariamente por su mentalización racional del trabajador como a nivel popular en extensión y profundidad que pueda interpretar con clara fidelidad el valor real y positivo de esas soluciones. Soluciones que deben estar por encima de cualquier ley o legislación estatal, si se quiere que esas conquistas socio-laborales sean substanciales, con una incidencia en el tiempo tan aceptable que haga posible relejar la decadente vivencia moral en la vida del trabajador los pueblos en general.

No obstante, esa realidad ya expresada sobre lo inmediato y sus soluciones transitorias y parciales (como todo lo que es de ámbito de la sociedad capitalista) y en la medida en que las fuerzas unidas de los trabajadores, con el apoyo y solidaridad de todos los sectores populares, pudiesen arrancar a sus explotadores substanciales mejoras materiales como en tantos otros aspectos: culturales, sanitarios, de respeto y cumplimiento a lo que la misma Constitución establece (espejuelo engañoso para cazar a los ingenuos) sobre el derecho inalienable al trabajo de todo ser humano etc., etc., toda, absolutamente toda, esa lucha y esas conquistas quedarían como hoja del árbol caída a merced de los vientos de intereses políticos, estatales y patronales con lo que sus logros quedarían siempre en una situación de inseguridad en el caso de no tener una base sólida donde apoyarse. Y esa base, huelga decir, que sería la del Sindicato de decisiones mayoritarias asamblearias, estructuralmente bien organizado, con toda la perfección del sistema federativo y en el seno de una Organización que, por igual concepción de talante federativo, aglutinaría solidaria y fraternalmente a todos los Sindicatos, características que sólo reúne el anarcosindicalismo.


Así llegamos a la conclusión de que para el logro de todo lo inmediato en el que a la vez se pueda ir preparando el trampolín que catapulte hacia el futuro, como portadores de una sociedad nueva, sustitutiva de la presente, caduca y podrida, es indispensable la congruencia orgánica. Eso requiere esclarecer todo aquello que lo entorpezca.

Así ayudará a que reflexionemos toda la militancia, afiliades y simpatizantes, para no obsesionarnos por lo que, siendo sólo necesario, nos pueda parecer transcendente y que esa transmutación incoherente pueda oscurecer el panorama interno orgánico.

Es vital sobreponerse y seguir impertérritos nuestra singladura, haciendo caso omiso a los carteles engañosos del camino, con sus malévolas intenciones desviacionistas, pues como decía el poeta: caminando se hace camino. Sin olvidar jamás que en nuestro caminar por los senderos de la historia de los pueblos en sus luchas emancipadoraas, muchas han sido las batallas que hemos tenido que librar y no han podido evitar nunca que sigamos en la vanguardia de las luchas sociales de mayor rango emancipador. Sino por fuerza númerica, como pasa en los momentos actuales, sí por la intención, siempre trascendente y sublime de revolución social (transformación de la sociedad) que nos preside y su razón que nos asiste.

Decía que la congruencia orgánica pasa por esclarecer todo aquello que le entorpezca, lo cual requiere un análisis esclarecedor del obsesionante y embrutecedor absurdo escicionista, autopsia que permitiría ver sus aparatos y órganos enfermos.

Oír, ver y leer toda la trampa aireada por los medios de comunicación burgueses-liberales sobre el Congreso fantasma de los escicionistas en Madrid produce asco y vergüenza a toda conciencia recta. la inmensa mayoría de todos esos medios de comunicación practican una falta de ética profesional que, transgrediendo la verdadera realidad de cuanto sucede en el anarcosindicalismo, lo aprovechan para sembrar la confusión en el ánimo de les que leen y también de les que no son lectores al recibir el influjo de les otres, lo que ocasiona un maramagnum general sobre la realidad cenetista. Ñp que en conversación coloquial se le dice poner en práctica la fórmula jesuítica de divide y vencerás para gloria y honor de sus amos capitalistas. Pero si con esas malas artes periodísticas, junto a las triquiñuelas y consejos políticos, repescan a esos pobres pececillos escisionistas de aguas sucias para que sirvan de alimento a la insaciable voracidad capitalista que engulle toda materia que le puede ser hostial a su propia naturaleza para que, una vez en el interior de sus propias entrañas y por un proceso de trasnformación bioquímico-social, lo incorporan a su propio ser económico-político-social; está claro que a los hombres y mujeres íntegros y dignos del anarcosindicalismo no les podrán lograr para integrarles en ese juego sucio y destructivo de todos aquellos principios que son la savia, el elemento vivificador y la razón de ser del anarcosindicalismo mundial. El sistema establecido burgués y capitalista necesita erradicar ese sindicalismo, de raíces internacionalistas y emancipador, para su tranquilidad en la conservación de sus privilegios.

A la vista de todo lo dicho, la opinión de esos mesías escisionistas y que reproduce la prensa de la economía de mercado, adolece de un anacronismo estúpido por sus trasnochados conceptos. Se trata de criterios muy repetidos contra el anaarcosindicalismo desde siempre que, con el transcurrir del tiempo, dejan estancado en el pasado aquello que repetido en el presente que se vive y en el presente que tiene que venir, se convierte en antiguallas sin sentido. Estos futurólogos que hablan de la naturaleza de las cosas que pueden ser convertidas en sentido restrospectivo en otra naturaleza de las cosas, hacen reír al más ingenuo. Y para muestra un botón: cuando dice la prensa que: "La CNT seguirá teniendo un esquema anarquista, pero un anarquismo actual, sin sueños totalitarios".

El que así hable es un auténtico ignorante o quizá un mal intencionado, y la prensa que, haciéndose cómplice lo publica con esa peculiar impronta sensacionalista, con ribetes de intencionalidad muy claros, es aún más mal intencionada, ya que en teoría sí que conocen el anarcosindicalismo y el anarquismo.

El anarquismo tal como fue lo es hoy y lo seguirá siendo. El anarquismo no puede ser sólo un esquema de la CNT porque sería negarle sus raíces anarcosindicalistas, quedando sólo un esquema de la CNT, sólo una siglas. El anarquismo da un sentido trascendente y de futuro a una Organización sindical, es inconcebible que alguien sea tan microcéfalo para sintetizarlo en un esquema, tal y como pretenden eses mesías escicionistas. El anarquismo es un ideal de valor ético, social y humano tan profundo y sublime que sus más insignes y cultos detractores al no poder encontrarle en sus contenidos específicos y de valores sociales de fraternidad y solidairdad, nada sería seriamente criticable, sólo se les ocurrió denominarlo como utopía irrealizable. Y con ese estigma quedó para la posteridad, por lo que todes sus detractores lo enfrentan siempre con el mismo razonamiento de ese estigma, ya que son incapaces de encontrar defectos de fondo a los contenidos éticos, sociales y humanos del anarcosindicalismo y anarquismo ¿Cómo entonces los que huyeron de la CNT son tan incongruentes para pensar que el anarquismo se puede incorporar a la CNT como un simple esquema? Lo insensato y estúpido es el signo de los tiempos.

Y para qué analizar el aberrante propósito de evitar los "sueños totalitarios" anarquistas y por tanto anarcosindicalistas. También ese otro pensamiento de que pasó la época de la revolución y se vive en momentos de evolución. Cómo se puede ser tan cretine para estimar que a la acracia y su homólogo sindical se le debe desmantelar de su contenido "totalitario".

Esto y todo los otros criterios manifestados son suficientes, sin más, para que queden calificados. Son agentes de sectores inmovilistas y conformistas introducidos en CNT para enterrarla y sustituirla por un sindicato domesticado y adaptado a las necesidades de una sociedad absorvente y esclavista. Y lo de evolución sí, y no revolución, es otro de los aspectos que carece de todo contenido lógico (la mente escicionista está carente de lógica). ¿Puede nadie medianamente instruído en el tema, o con sentido común, tragarse esa bola de "totalitarismo" a una ideología que cifra sus esperanzas en una sociedad sin autoridad y Estado, polo opuesto a cualquier tipo de totalitarismo? Por el contrario, la libertad sería el exponente de uno de los valores más preciados de esa sociedad.

En fin, lo ilógico no resiste el análisis. Y la mentira para el engaño se hunde en su propia miseria moral, humana y social.

De la evolución, para qué hablar, no es necesario hacer ninguna exposición analítica para no alargar más este trabajo. En la actualidad, cualquier persona sabe el tipo de evolución que estamos padeciendo. El capitalismo sólo entiende por evolución los avances científicos y técnicos aplicados al mejor rendimiento de su economía, y no la de los pueblos. Pero la revolución social o evolución social para el bien de todos los pueblos es una evolución que ignora. Y esa evolución capitalista es la que entienden los escicionistas. El anarcosindicalismo no puede aceptar tales teorías.

Antonio Sánchez Rodríguez

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