En defensa de las pintadas

Desde hace tiempo a todes aquelles que nos dedicamos a expresar nuestras inquietudes, ilusiones, protestas, reivindicaciones, y en menor medida, a quienes quieren demostrar al mundo que elles también existen, pintando con rotuladores o sprays los muros de nuestra gris ciudad se nos viene criminalizando a través de los diferentes medios de comunicación de masas. Es frecuente, en los periódicos locales leer noticias referentes a los altos costes económicos que al Ayuntamiento le supone borrar las pintadas realizadas por “jóvenes vándales” sin investigar las razones que nos llevan a ello.

En primer lugar, cabe destacar que la mayoría de las personas que nos dedicamos a hacer pintadas somos jóvenes. Por lo tanto tenemos un bajo poder adquisitivo ya que estudiamos, estamos buscando empleo o tenemos un trabajo precario, en la mayoría de los casos.

Por otra parte, todes nosotres tenemos la lógica necesidad de expresar nuestras opiniones o nuestro descontento con el actual estado de las cosas o transmitir nuestro arte al resto de la gente. Pero, por desgracia, y a pesar de la tan cacareada “libertad de expresión” que en teoría tenemos todes les ciudadanes, sólo les más riques pueden expresarse o permitir expresar a otres las opiniones que a elles les interesan, pues son a elles a quienes les pertenecen los periódicos, revistas o canales de televisión, los cuales cada vez están concentrados en menos manos.

Nosotres, les hijes de les obreres, o les mismes obreres estamos en clara desventaja respecto a les riques para difundir nuestra forma de pensar ya que no tenemos el suficiente dinero como para alquilar una valla publicitaria, editar un periódico o una revista que llegue a amplias capas de la población… y por ello recurrimos al medio más barato y sencillo. Salimos por la noche bajo la atenta mirada de la luna a decorar la ciudad pintando sus muros con frases cortas pero tras las que se esconde una profunda reflexión realizada por personas que con esas pintadas pretenden hacer cambiar o enriquecer el pensamiento de sus conciudadanes, que les haga reaccionar ante las desorbitadas injusticias que cometen quienes detentan el poder político, económico o religioso sobre el resto de la población.

Lamentablemente nuestres vecines influides, como no podía ser de otro modo, por los medios de (des)información, nos acusan de vándales, macarras o gamberres... e incluso alguna vez al pasar por el túnel de Vadillos o San Isidros después de que las Brigadas Grises hayan borrado nuestras pintadas les hemos oído decir cosas tales como: “¡Ya lo han vuelto a pintar! ¿Por qué harán eso? Había que cogerles y meterles en la cárcel para toda la vida” o “Si cuando estuvieran pintando les pegaran un buen palo ya verás como no lo hacían”. También hemos visto en el periódico pedir al alcalde que en estos mencionados túneles se incremente la vigilancia policial para evitar que sean pintados.

Nosotres podemos comprender que haya gente a la que le moleste descubrir una pintada en la fachada de su casa o que vea en las pintadas guarrería, lo que no comprendemos es que por pintar son sprays nos consideren gentuza de la peor calaña y nos deseen una tempestuosa vida. Sobre todo porque esa misma gente que nos pone a parir por pintar (cosa extremadamente grave, parecer ser) no dicen absolutamente nada contra les responsables (léase grandes empresas capitalistas tipo McDonals, Coca Cola o Nike, los diferentes estados o las grandes organizaciones capitalistas, verdaderas gobernantes del mundo: FMI, OMC, BM…) de que 2.800 millones de personas vivan con menos de 400 pts al día, amparados por el poder, de quienes manipulan a millones de personas desde los medios de (des)información, los altares o el parlamento.

Las pintadas las hacemos para expresar nuestras ideas porque es una forma fácil y económica de llegar a muchísima gente y que con los otros medios a los que algunes de nosotres también recurrimos (Internet, panfletos, grabaciones musicales, revistas o periódicos de corta tirada… autogestionados por nosotres mismes) sólo llegamos a un sector muy reducido de la sociedad y que además piensa de una manera muy similar a la nuestra.

Por ello, desde aquí animamos a reflexionar a todes aquelles obreres que nos llaman de todo por pintar con sprays, para ver si son capaces de comprender nuestro comportamiento, como también a aquelles que nos dedicamos a pintar con sprays para ver si tenemos más cuidad en donde pintamos, ya que a les obreres, estudiantes, jubilades, ames de casa y parades son a les que pretendemos llegar con nuestros mensajes, no son muy receptives al hacerles en sus casas. Pintemos preferiblemente en bancos, iglesias, grandes empresas, en los túneles y en la vía a pesar de que son estos sitios donde más rápido el servicio de limpieza del Ayuntamiento quita las pintadas pues sabe que también son los sitios donde gran parte de la población lo acepta de mejor forma que en las casas.

Para concluir nos gustaría transcribir una pintada anónima que vimos en un periódico del pueblo, más conocido como muro. “¿TE JODE QUE PINTE?, PUES MÁS ME JODE A MI QUE NO HAGAS NADA”
Unes pintores antisistema.
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