Editorial

El principal problema que encontramos en la actualidad del Movimiento Libertario es la falta de militancia y de compromiso. Para nosotres el problema no es ser más o menos, porque los números por sí solos obvian la capacidad del individuo. Sin embargo, sí es un problema el asumir ciertas actitudes para luego no ponerlas en práctica.

Creemos que este no es un debate nuevo, porque se trata de un continuum en toda nuestra historia, pero sabemos que el olvidarlo es la base de una decadencia a la que tenemos que hacer frente. La charlatanería está bien para la barra de los bares, pero en nuestras Organizaciones se viene a hablar en la misma medida que a hacer, y llegados a este punto nos sobran iluminades, demagogues y predicadores que nos digan lo bien o lo mal que está lo que estamos haciendo.

La autonomía es uno de los rasgos más enriquecedores del Anarquismo, aquelles que ejecutan son les mismes que deciden, y no tienen que dar cuenta a nadie ajene a elles mismes. Sin embargo, esto que es claramente una virtud, a veces se nos aparece dibujado como un defecto, y parece que para hacer tenemos que contar con el apoyo teórico de grandes analistas, juristas y "expertos del bienhacer", que no dudan, por otro lado, en mantenerse al margen de todo aquellos que pueda asemejarse a actividad. En el Anarquismo sobran curas, porque hace falta que la teoría, intrínseca, esté ligada continuamente a la práctica.

En un momento en que la sociedad del espectáculo relega al Anarquismo y a la Revolución Social, entre otros, como poses o actitudes comerciales, nosotres tenemos claro que nuestra actividad no puede ser otra cosa que la mejor forma de propaganda.

Está claro que el delegacionismo imperante nos está ganando la partida, pero el juego no ha terminado y no podemos menos que estar a la altura de las circunstancias: "El hábito de la acción directa es, quizás, idéntico al hábito de ser libre y de estar preparado para vivir responsablemente en una sociedad libre".

El manteniemiento en una sociedad como la actual, de una Organización coherente a unos Principios, Tácticas y Finalidades es el mejor arma, y quizás la única, para la ruptura con un mundo condenado al individualismo y la competitividad. La puesta en práctica de esos Principios, Tácticas y Finalidades no puede ser otra que la cotidaneidad de nuestras vidas.

A pesar de que no seamos muches, ya quisieran otres tener nuestra capacidad, esa es la fuerza del Anarquismo. Nuestro deber, tenerlo presente en el día a día. Tenemos claro que la militancia es la única semilla válida y posible para el actual crecimiento que está experimentando el Movimiento Libertario. A este respecto, aparecio recientemente un articulo en el organo del Grupo La Mecha (FIJA), Tierra quemada, "Sobre organizaciones unicas", cuya lectura recomendamos.

No tenemos prisa. Pero trabajamos sin pausa. Algún día nos tocará.

Salud y Anarquía

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