Por un deporte competitivo, antijerárquico y contrainstitucional

Hace unos meses aparecía en el Tierra y Libertad (Número 242) un artículo bajo el nombre de “Proudhon y el Dios fútbol” al cual realicé una contrarespuesta que fue asumida por mi Grupo y publicada en nuestro propio Órgano de expresión, Germinal Libertario, bajo el título de “Anarquismo y deporte” (ver Germinal Libertario Numero 2). Una de las precisiones más importantes al artículo, la separación fundamental entre el deporte como espectáculo y el deporte como práctica se refleja más o menos en el artículo “Por un deporte no competitivo”, publicado en el número 254 de Tierra y Libertad. Y me refiero como "más o menos" en la medida en que no es capaz de separar la competición como tal de la competición institucionalizada. Esto es, la que es promovida desde los colegios y/o federaciones deportivas; parece que los profesores no pueden ver más allá de sus estrechas aulas, para entender que más allá del patio del colegio, del gimnasio o de la pista existe práctica deportiva y competición. Es importante, primero, hacer algunas aclaraciones conceptuales: si bien el juego no necesita de unas estrictas normas, el deporte se caracteriza, sobre todo, por su estricta reglamentación. En cualquier caso, y siguiendo la argumentación que exponía en “Anarquismo y deporte”, me referiré a este último como actividad física, que en una parte importante de sus manifestaciones conlleva la competición. Pero vamos por partes, desmenuzando el artículo:

“La actitud de los instructores y la organización en general de la práctica del deporte pueden favorecer el desarrollo de la imaginación, la creatividad y la solidaridad, por ejemplo, o bien de la disciplina y la competitividad”. Aquí se ve un claro entendimiento sesgado de la competición. Considerándola antónima de la solidaridad, se entiende así que la competición siempre es axiomática a la rivalidad o a la tensión. Lamentablemente, esto no es así siempre, y son demasiadas las ocasiones en las que nos fijamos sólo en las expresiones mayoritarias para rechazar las formas minoritarias, que son en muchos casos las más ricas y naturales. Hablaba en el anterior artículo de un concepto un tanto peculiar y poco estudiado en nuestro ámbito, la contra- colaboración. Kropotkin, del que precisamente se ha hablado en unos términos extraños en el Tierra y Libertad (en el número 249, Paniagua intenta introducirle dentro de la terminología dialéctica) se refería al apoyo mutuo como un factor de evolución, entendiendo que éste es una forma de enfrentarse a las adversidades de la naturaleza. Pero resulta que a la actividad física, le interesa que en determinados momentos esa adversidad sea lo mayor posible, para alcanzar un mayor grado de incertidumbre. Y en algunas modalidades deportivas, esa adversidad es tan específica y tan grande que la naturaleza no puede proporcionarla y es necesaria la colaboración de un semejante para conseguirla.

“La motivación más importante para la práctica de los mismos es el prestigio que da la victoria en las competiciones. Este enfoque implica una división de los prácticantes en vencedores y perdedores”. Es una cuestión obvia que una gran parte de les niñes que empiezan a practicar un deporte encuentran en la competición un aliciente muy importante, muchas veces incluso trascendental. La cuestión de dividir en vencedores y vencidos no es inexorable de la competición sino de uno de los enfoques que se le da a ésta. Al igual que para algunos trabajos se hace necesaria la separación en diferentes momentos o cuestiones puntuales, en la actividad física, sobre todo en competiciones entre equipos, se hace necesario el reparto de diferentes roles o equipos, pero esto no conlleva ningún tipo, a priori, de privilegio. El hecho de que exista, a posteriori, una división entre perdedores y vencedores puede ser utilizado para muchas cosas, entre ellas para hablar de situaciones de prestigio, pero no es una parte inseparable de la competición. Prueba de ello es la existencia en gran parte de los entrenamientos de deportes de equipos de formas predeportivas de competición (incluso del propio deporte) sin que ello signifique la creación de tensiones en el propio equipo., sino todo lo contrario.

“Debemos juzgar positivo el papel de válvula de escape que desempeñan el juego y el deporte competitivos; en el peor de los casos se trata de un mal menor”. Si contextualizamos esta frase, nos damos cuenta del alcance que puede llegar a tener. Si tenemos en cuenta que se está hablando de que el carácter de agresividad, desencadenado por la situación social, encuentra en la práctica deportiva una vávula de escape, vemos que los autores dan por buena la actividad física como elemento estabilizador de las desigualdades sociales. Nada que no veamos en el creciente número de empresas dedicadas al "ocio y al tiempo libre" o en el famoso "pan y circo" de la Roma imperial. Consideran positivo, al parecer, que las Instituciones gubernamentales encuentren en el deporte un elemento desclasante, esto es para elles menos preocupante que la competición en el deporte. La válvula de escape de la agresividad existente en nuestra sociedad no debería ser jugar al fútbol sino destrozar la realidad injusta que nos ha tocado vivir, porque es precisamente ésta -basada en la autoridad, la sumisión y la explotación- la que genera tensiones y agresividad.

En cuanto a los efectos negativos a los que se aluden en el citado articulo por una práctica deportiva competitiva:

a) “Sentimientos de frustración”: Esto no se debe a la utilización de la competición, sino a un mal enfoque de los objetivos a alcanzar. Es decir, si, por ejemplo, para recorrer una distancia me ayudo de otres compañeres o rivales, para hacerlo en un menor tiempo de lo que sería capaz de hacerlo sólo, puedo obtener varios resultados: frustarme porque otre compañere o rival ha llegado antes que yo (a pesar de que anteriormente sabía de su mayor capacidad física) o, en esa misma situación, analizar el tiempo realizado y encuadrarlo dentro de los pronósticos que tenía pensados.

b) “Abandono muy frecuente”: El tema del abandono es un continuum en los estudios de la práctica deportiva, pero lo es en edades más tempranas, sobre todo la adolescencia. Pero lo que es novedoso es hablar de “superada la edad competitiva óptima”, será que todavía no han sido capaces de ver más allá de la práctica deportiva fuera de las Instituciones ni de las escuelas. Y es que, aún dentro de ellas, aún dentro de la práctica deportiva a un nivel de “élite”, esa afirmación es falsa. Primero hay que aclarar que estamos hablando del margen de 27-30 años de edad, dependiendo del deporte y las características propias del deportista, de máximo rendimiento deportivo. No son pocas las “viejas glorias” del deporte las que siguen aún pateando balones o corriendo por las calles, muchas de las veces en un ámbito competitivo, y de las que no siguen compitiendo, entrenando o practicando deportes, son muy pocas las que escapan del mundo deportivo: entrenadores, profesores, seguidores o sencillamente vividores del "pan y circo"... El abandono infantil, suele darse por otros temas (estudios, otros intereses, falta de motivación...); en el caso del atletismo, por ejemplo, uno de los motivos más frecuentes de abandono es la escasez de competición con respecto a otros deportes, como por ejemplo el fútbol (en el que se suelen dar entre dos y cinco veces mas competiciones)

c) “Especialización en un sólo deporte”: Al ser un escrito antiguo, unos treinta años, no tiene, a pesar de lo que digan los redactores de Tierra y Libertad, “total actualidad”1. Pocos plannings de entrenamiento hoy en día se especializan en un sólo deporte en edades tempranas. La visión del entrenamiento deportivo infantil ha cambiado mucho en estos últimos años y en éstos ya se incluye la práctica de varios deportes como desarrollo fundamental del individuo, incluso el propio desarrollo del entrenamiento exige un trabajo básico que se ve potenciado con la práctica de otras modalidades deportivas. Un caso muy explicativo es el del atletismo que, a un nivel de base, se trabaja en todas sus modalidades (saltos, lanzamientos y carreras) y luego, conforme a la evolución del atleta, se empieza a trabajar de forma específica3.

d) “El afán de victoria puede inducir a la realización de esfuerzos demasiado fuertes o demasiado prolongados”. Los tiempos en los que atletas de la Unión Soviética se sometían a ejercicios de pliometría desde una altura de dos metros pasaron hace tiempo; cuando se escribió el artículo no. En cualquier caso, en este apartado, como en el anterior, se habla exclusivamente del deporte de “élite”. La práctica prolongada y físicamente exigente, más allá de lo fisiológicamente recomendado, se reduce al ámbito de la práctica de élite y se desarrolla más que por unos intereses competitivos, por los intereses económicos a ellos asociados. Esto mismo lo criticábamos refiriéndonos a un caso de relativa actualidad, un momento en la época de Rikjaard en el FC Barcelona, pero asociándolo exclusivamente al deporte de “élite”; no a la competición, porque no le es exclusiva, y mucho menos en edades en infantiles, porque son cada vez menos aquellos que explotan a les niñes con esfuerzos demasiado fuertes, no por "paternalismo" ni "bondad", sino más bien porque fisiológicamente no es viable.

e) “La práctica de un deporte con objetivos exageradamente competitivos contribuye a la formación de un carácter y una moral autoritarias a través de (…) la obediencia y sumisión ciega al entrenador”. No en todos los casos la obediencia al entrenador es ciega y absoluta, en algunos casos el entrenador es entendido como un conocedor de las respuestas que el cuerpo humano da a ciertos estímulos físicos y, como tal, sus aportaciones son entendidas como consejos. Evidentemente, esta situación es inentendible dentro del estrecho margen escolar, en la que la sumisión al maestro es impuesta "por las buenas" o "por las malas", claro que siempre se queda uno con la conciencia más tranquila cuando emplea métodos democráticos. Considero sinónimos “deporte con objetivos exageradamente competitivos” con “deporte de élite”, por ello es que no difiero de que el deporte es utilizado por el Sistema como una forma de sumisión a la apariencia de alguien que es “mejor que el resto” y esto puede derivar en actitudes autoritarias, pero una vez más, está descontextualizado4.

En cuanto a las propuestas que se realizan para un "deporte no competitivo":

2) “El deporte ha de ser ante todo juego”. Si tenemos en cuenta una afirmación aparecida en el propio artículo (“El deporte constituye para el individuo una prolongación del juego”) obtenemos que se está paralizando la propia evolución del juego: tendiente a organizarse y normatizarse de una forma muy concreta. El objetivo de la actividad física puede no ser sólo la diversión, sino además la mejora en el aspecto físico o el desarrollo de algunos aspectos más eminentemente psicológicos, como la atención o la capacidad de respuesta.

“La competencia puede buscarse fuera de la competición propiamente dicha; por ejemplo, puede tomar la forma de la elección por parte de un grupo del practicante que tiene mejor estilo”, resulta paradigmatico que durante todo el artículo se ha estado intentando criticar la "competición", y ahora resulta que una vez que se le separa por sus “nefastas” consecuencias del deporte, se las introduce desde la autoritaria figura del profesor. Quizá es más justo que la autoridad no sea reconocida por su "manifestación natural", que uno sea el más rápido, sino es más justo que la "democracia" elija que uno u otro es el más rápido. Por mi parte considero que ninguna forma de autoridad está justificada, y creo que lo que se consigue realmente con esta propuesta es el realzamiento de los valores democráticos, de sometimiento a la mayoría; no se subyuga a la autoridad sino que se le da una aparencia de “legitimidad” un matiz de “popularidad”, al estilo "capitalismo populista" de la Margaret Thatcher o incluso de la propia autoridad democratica denunciada siempre por el anarquismo por su caracter irreal, hipocrita y jerarquico: todo ello muy propio de les profesores y de los diferentes auto-lavados de conciencia.

Y es que la experiencia nos demuestra que el hecho de dejar participar al proletariado en su propia explotación, aún de forma un tanto ficticia, es lo que ha conseguido perpetuarlo; del mismo modo ocurre en un plano más social con la instauración del concepto de ciudadano, en el que es éste el que apoya y en muchos casos constituye los organismos de control.

5) “En el espacio material, es preciso reivindicar en los barrios espacios y zonas polideportivas abiertas a cualquier persona y a un coste asequible (…)” Lo que es preciso reivindicar es el espacio natural para la práctica del deporte, para los que hemos crecido en zonas rurales éste siempre será la era de algún campesino, desafiándole con la "ocupación indebida" de su propiedad, y en el espacio urbano la propia calle, son esos los ambientes en los que se ha desarrollado el deporte verdadero, el que se juega contra compañeros sin la vigilante mirada de un profesional del control social desde la más tierna edad, el que no busca obtener un beneficio económico ni un prestigio social; con el que se consigue una mejora física y anímica. Precisamente ahora que Ordenanzas pretenden expoliar la calle a quien le pertenece (un claro ejemplo de ello es la Ordenanza Municipal del Ayuntamiento de Zamora) esto es mas necesario que nunca.

Maestrillos de pacotilla y diferentes profesionales, no toqueis nuestras vidas. Por un deporte libre, competitivo, alegre y sano, a la Revolucion Social por la "gimnasia revolucionaria".

valen



El presente articulo fue enviado a la publicacion Tierra y Libertad, sin embargo la redaccion se nego a publicarlo, segun elles porque se faltaba el respeto a les compañeres. No obstante, el objeto de este articulo no ha sido poner en evidencia a nadie, sino simplemente retomar un debate en base a unos posicionamientos reales y actuales, lamento que les compañeres del Tierra y Libertad no lo hayan visto asi. A pesar de todo, les agradezco que me hayan permitido tener mas tiempo para reelaborar el articulo y añadirle algunas notas. Ademas de posibilitarme enriquecer con esta aportacion a publicaciones que no censuran a les compañeres.
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