Izquierda y derecha: Encuentre las siete diferencias

[Fe de erratas: En la versión en papel se dice que el Ayuntamiento de Zamora es del PSOE, esto se trata de una errata pues es del PP. Algunas de las localidades que han aprobado en los últimos meses Ordenanzas "cívicas" de este tipo son Granada (PP), Burgos (PP), Santander (PP), Valladolid (PP), Málaga (PP), Sevilla (PSOE), Zaragoza (PSOE), Miranda de Ebro (PSOE), Gijón (PSOE), Getafe (PSOE), Cáceres (PSOE) o Bilbao (PNV) en este último caso con el apoyo de IU.]



Hace ya un tiempo publicamos un artículo de los compañeros de la FAI portuguesa sobre la teoría del mal menor; en él se hacía un análisis histórico del papel jugado por los partidos políticos de izquierda, fruto de este análisis surgía la interesante conclusión de que dicho mal menor no existía, era sólo un espejismo, una situación provocada por las necesidades del capitalismo. Recientemente, aquellos que defendemos que votar a la izquierda no es, ni siquiera, un mal menor, hemos obtenido una nueva prueba que confirma lo que decimos: la imposición de la reforma laboral.

Para nosotros no es casualidad que las medidas más restrictivas para los trabajadores hayan salido desde gobiernos socialistas: la reconversión industrial de 1984, la reforma del Estatuto de los Trabajadores de 1984, la reforma de las pensiones de 1985, el Decreto de 1992 que recorta grandes derechos de los desempleados, la Ley de Huelga de 1992, la reforma laboral de 1994 o la creación de las Empresas de Trabajo Temporal también en 1994 son los casos más claros de la política “obrera” del Partido Socialista. Tampoco es casualidad, para nosotros, que todos estos recortes se hayan realizado una vez que ya había caído el régimen dictatorial franquista.

La democracia: con vaselina entra mejor

Creemos que la transición no es un fruto exclusivo de los movimientos a ella opositores (desde el propio movimiento demócrata hasta el anarquismo) sino que es un proceso político que tiene su causa en la tendencia del Estado a perpetuarse. La situación del franquismo en sus últimos años no podría considerarse nada positiva. El régimen estaba perdiendo fuerza debido a dos factores:

- Factor económico: Durante toda la década de los 60 España tuvo un fuerte crecimiento económico, debido sobre todo a las inversiones extranjeras, a la apertura de la economía al exterior y al éxodo rural hacia las grandes ciudades lo que potenció un fuerte crecimiento de la industria. Sin embargo, todo hacía prever un estancamiento de la economía, según la propia teoría económica de Juglar y camuflada bajo la situación política de 1973 y una gran crisis, según la teoría económica de Kondratieff y camuflada bajo la situación política de 1978.
- Factor social y político: Los movimientos de oposición al régimen eran cada vez más fuertes y contaban con gran apoyo desde el exterior. Organizaciones armadas como ETA, GRAPO, FRAP o MIL empezaban a tomar gran popularidad e incluso fuerza, es muy esclarecedor el atentado contra Carrero Blanco. En el campo del movimiento obrero, a partir del año 1967 se empezaron a multiplicar las huelgas; si en el 64 se habían realizado 126 huelgas, en el 70 se realizaron 1542. También es importante la influencia del Mayo del 68 en el movimiento universitario español.

Se necesitaba realizar un gran lavado de cara, el campo económico obligaba a un reajuste de la economía muy importante y realizar estos cambios con un régimen tan debilitado y amenazado era una decisión arriesgada para las Organizaciones que defienden una estructuración jerárquica, Organizaciones políticas. Se hacía necesario un gran pacto político que afianzara el Estado y que además sirviera para dar cabida a todos los recortes laborales y sociales que la economía mundial exigía a las empresas españolas para ser competitivas y tener mayores cuotas de mercado.
Nadie mejor que el PSOE
para hacer reformas

Durante el Gobierno de la UCD (1977-1982) se intentó flexibilizar el mercado laboral, fomentando la contratación temporal (con el apoyo de CCOO) o eliminando la posibilidad de que el trabajador eligiera indemnización o readmisión en caso de despido improcedente. Pero las medidas no eran suficientes, sobre todo ante la que se avecinaba. La debilidad política de la UCD hacía inviable el establecimiento de los Presupuestos Generales para el año 1983, por lo que se convocaron elecciones anticipadas.

El triunfo electoral del PSOE, por mayoría absoluta abrió las puertas al recorte del gasto empresarial; fue precisamente bajo la excusa de la crisis y la igualación con Europa, como se comenzó a realizar la primera de las grandes eliminaciones de derechos: la reforma de 1984. Se fomentó la contratación temporal, se crearon los llamados "contratos basura" y se dificultaron los requisitos para acceder a las jubilaciones. Esta situación desencadenará uno de los factores más importantes de destrucción del movimiento obrero en aquellos años, la división entre indefinidos y temporales. Los años siguientes, de crecimiento económico estarán marcados por el fuerte aumento de la temporalidad y los bajos salarios; durante los primeros seis años de gobierno del PSOE los salarios crecieron casi un 4% menos que el IPC. Es bastante significativo que la derogación de las "Ordenanzas laborales" del franquismo supusieran un recorte a los derechos de los trabajadores. Estas Ordenanzas legislaban las condiciones laborales de los diferentes sectores, y la mayor parte de ellas se habían firmado alrededor del 1970, momento el movimiento obrero estaba tomando mucha fuerza.

Sin embargo, para nosotros lo que es más significativo es la evolución del movimiento obrero durante los primeros años de Transición y durante el Gobierno del Partido Socialista. Los Pactos de la Moncloa suponen el desmantelamiento de todo el tejido sindical y social elaborado en la clandestinidad; las elecciones sindicales, las subvenciones y el sindicalismo de servicios son la última bala que queda en la ruleta rusa del panorama sindical; el capita acertó. Este gran acuerdo de todas las fuerzas políticas, incluido el PCE, contará con el beneplácito de todo el panorama sindical, a excepción del sector mayoritario de la CNT. Sus efectos son claros, el sindicalismo de negociación y el sistema de Convenios Colectivos acabarán de forma progresiva con la agitación laboral. Por un lado, las huelgas, que en la última etapa del franquismo habían ido tomando, progresivamente, cada vez más protagonismo, se irán reduciendo a los momentos de negociación colectiva, el resto de tiempo es considerado por los sindicatos como "paz social", e irán teniendo cada vez una fuerza menor; como así vaticinó el V Congreso de la CNT (1979).

Es entonces cuando se hace necesario empezar a tomar el pulso al movimiento obrero, la reconversión industrial parece ser la prueba de fuego y supone una de las grandes derrotas del movimiento obrero en España. Las sucesivas reformas durante principios de los años 90 suponen el pulso definitivo al sindicalismo y al movimiento obrero, se termina de destruir el tejido social a través de la potenciación de la temporalidad y se abre la puerta al capitalismo más feroz, el que estamos viviendo, en el que el "socialismo" ya ha jugado su papel y puede dejar lugar al partido de la derecha para que avance en el recorte de derechos a la clase trabajadora. Una vez más, la "izquierda" hace el trabajo sucio a través de la política, el arte de la desmovilización. Cabe destacar que estas reformas contaron con el beneplácito oculto de IU, una de las propuestas de esta Organización era potenciar las bonificaciones a los empresarios por realizar contrataciones indefinidas.

¿Políticas sociales? Dame pan y llámame tonto

En muchas ocasiones se alude al desarrollo de políticas sociales por parte de la "izquierda" para defender la actuación de los Partidos Socialistas. Sin embargo, en la actualidad se está demostrando que no es así; que tanto unos como otros desarrollan las mismas políticas. Ya hemos dicho que el papel jugado tradicionalmente por la izquierda política, desmantelamiento del tejido laboral y social, ya no tiene lugar en este país, por lo tanto, las medidas económicas, laborales y sociales de los dos principales partidos en España tienden cada vez más a converger.

Un claro ejemplo de ello lo encontramos en la famosa Ley de Extranjería, durante el Gobierno del Partido popular esta medida fue duramente criticada, sin embargo ha pasado bajo manta que el bajo el Gobierno del PSOE se aprobó una nueva Ley de Extranjería que daba legitimidad a aquella otra, recortando de aquella todo lo que el Tribunal Constitucional ya había anulado. En un claro desarrollo de la Directiva Europea, se aumentan los días de estancia en los centros de internamiento, dificulta la reagrupación familiar o aumenta las sanciones económicas. También es bastante significativa la medida socialista de trasladar el ejército de Irak a Afganistán, donde se cumple la misma función y se satisfacen los mismo intereses económicos, todo ello auspiciado bajo la tutela de la OTAN, lo que le da al discurso del Gobierno una imagen de humanitarismo que nada tiene que ver con la realidad.

Otra circunstancia que para nosotros desvela claramente el papel de los partidos políticos cuando acceden al Poder es el desarrollo de ordenanzas locales que merman la actividad de las Organizaciones que, desmarcándose del circo político, encuentran en la calle el único lugar válido para desarrollar de su actividad. Estas Ordenanzas, bajo la apariencia de "normas de civismo" buscan la criminalización y represión de actividades de propaganda, como el reparto de octavillas, la celebración de concentraciones o la realización de pintadas. Estas Ordenanzas han sido llevadas a cabo por Organizaciones políticas de todo el espectro político, desde el PP (Salamanca o Madrid, por ejemplo) hasta IU (Córdoba), pasando por el PSOE (León), claro está. Y, dicho sea de paso, la Ordenanza de Córdoba de IU, nada tiene que envidiar a la de Salamanca.

Conclusiones

Para nosotros, el papel de los políticos está claro. No se trata de apoyar opciones de uno u otro color, sino de empezar a destruir los cimientos del delegacionismo. el desarrollo de políticas sociales y económicas no está marcado por el color del Gobierno, sino por los designios del capital privado. Toda la clase política está condicionada, y no hablamos de ello refiriéndonos a los políticos de forma personal, sino que nos referimos a ese condicionante como algo que se extrapola a toda las formas de delegacionismo.

Juventudes Anarquistas de León
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